Uno de los puntos clave de la política rusa será tratar de encontrar paridad con las fuerzas de la OTAN en los océanos, así como garantizar la seguridad de sus intereses en el Ártico.
Para conseguir este objetivo el país tiene planes de reforzar su flota.
“Rusia necesita cuatro portaaviones, uno para flota de la armada, y junto con ellos una serie de barcos de guerra y submarinos que puedan protegerlos. Eso sería lo ideal pero la realidad económica no nos permite que llevemos a cabo planes tan ambiciosos”, declara a Russia Beyond Dmitri Litovkin, analista militar del diario Izvestia.
Aunque hay varios grandes proyectos que son vitales para la armada rusa.
“El Ártico no solo es clave para el futuro de Rusia sino también para la economía mundial. Moscú invierte gran cantidad de dinero en proyectos en la región, que van desde la minería a los militares y de defensa”, continúa Litovkin.
Según este experto, uno de los principales proyectos para el desarrollo económico de la parte rusa del Ártico es la construcción de un nuevo rompehielos, el LK-110Ya ´Líder´.
Se trata de un proyecto a gran escala que tiene como objetivo remplazar los rompehielos soviéticos, que actualmente operan en la flota rusa. El nuevo tendrá una velocidad de 14 nudos (unos 24 km/h) a través de capas de hielo de 4.4 metros, gracias a dos motores nucleares y una proa reforzada hecha de materiales compuestos.
“Será un camino más limpio para los buques comerciales, de pasajeros, así como para los militares. La vía en el hielo será de unos 50 metros de ancho”, explica el experto a Russia Beyond.
El barco desplazará entre 80 mil y 120 mil toneladas de agua y también podrá actuar como barco de rescate en las operaciones de la ruta marítima del norte.
El proyecto ´Storm´ de transporte aéreo se anunció hace tiempo y está llamado a convertirse en una de las mayores bases aéreas flotantes del mundo.
Se fabricará según los cánones habituales de los portaaviones y no habrá armamento adicional a bordo, solamente cazas y bombarderos. Este buque además será guiado y defendido de la misma manera que se defienden los 19 portaaviones estadounidenses, con un escuadrón de buques de guerra y submarinos.
Además, dos motores nucleares RITM-200 propulsarán al ´Storm´ para que llegue hasta los 30 nudos (unos 55 km/h). El desplazamiento total del barco será de 100 mil toneladas. La tripulación estará formada por unas cuatro mil personas.
Además de cuestiones monetarias, los fabricantes tienen que crear aparatos que se puedan utilizar en este barco. Hay varios candidatos potenciales que podrían adaptarse para su uso en la aviación naval.
En primer lugar, el caza de quinta generación Su-57, que en estos momentos está en fase de prueba. También está el caza de generación 4++ MiG-35 que se ha estrenado este año y voló por primera vez en público durante el salón aeroespacial MAKS-2017.
El posible buque insignia de la flota rusa también necesita nuevos puertos y demás infraestructura, que todavía no existe. El Ministerio de Defensa tendrá que desembolsar grandes cantidades para conseguir este objetivo.
Dentro de un par de meses se revelará si el ejército ruso es capaz de asumir estos proyectos. El Ministerio de Defensa trabaja en la versión final del programa de armamento para el periodo 2018-2025.