La Coordinación Nacional de Protección Civil de la Secretaría de Gobernación (Segob) avanza en la elaboración de la Norma Oficial Mexicana que regulará el manejo, traslado y almacenamiento de pirotecnia o “fuegos artificiales” por parte de todos los actores involucrados.
Será resultado del consenso de las autoridades federales, locales, empresas que elaboran productos pirotécnicos como las bolsas de aire que utilizan los automóviles, así como la Asociación de Pirotecnia de México, dijo, el Director de Protección Civil de la Segob, Ricardo de la Cruz.
Rechazó que se busque hacer una legislación de la noche a la mañana, pues el objetivo es generar mayor conciencia en la población sobre el uso, manejo y traslado de pirotecnia, a fin de evitar alguna desgracia que lamentar.
“Si nosotros hubiéramos querido hacer una Norma desde la Segob hubiera sido muy rápido. Hubiéramos definido lo que nosotros queríamos y listo, pero eso no hubiera respondido a la realidad, porque mañana quienes utilizan este material dirían que eso no sirve”, expuso.
A raíz de los hechos ocurridos el 8 de mayo en Chilchotla, Puebla, que cobró la vida de 14 personas, el Coordinador Nacional de Protección Civil, Luis Felipe Puente instruyó a la Dirección Jurídica de la Segob, para realizar todos los análisis necesarios con miras a emitir la referida Norma.
La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) es la única autoridad encargada de regular las actividades enmarcadas en la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos, a través de la Dirección General del Registro Federal en esa materia.
Ello, en lo concerniente armas y cartuchos; registros de armas; licencias, clubes y colecciones; explosivos y pirotecnia, transporte especializado y sustancias químicas.
Además de ese accidente, en la última década se han registrado otros más como el ocurrido en Nativitas, Tlaxcala, el 15 de marzo de 2013 que dejó un saldo de 25 personas muertas y 160 heridos, cuando estalló un vehículo que transportada fuegos artificiales.
En enero de 2003, se registró una explosión de pirotecnia en el Puerto de Veracruz, en el que murieron 38 personas y 70 quedaron heridas; el 26 de septiembre de 199, el saldo de una explosión de almacenes de pólvora y fuegos artificiales, fue de 72 personas muertas y 350 lesionados.
Mientras que el 13 de diciembre de 1988, el estallido de un tanque de gas y almacén de cohetes en la Merced, ubicada en la Ciudad de México, arrojó un saldo de 60 muertos y 200 lesionados.
Ricardo de la Cruz expuso que en la elaboración de la Norma participan autoridades de Protección Civil y, por supuesto, de las Secretarías de la Defensa Nacional (Sedena) y de la Marina-Armada de México (Semar).
También “hemos invitado a todos los estados (de la República) que nos den su opinión sobre la problemática que tienen, que aunque en muchos es la misma, obviamente, no queríamos hacer una norma a partir de un escritorio que no atienda la realidad”.
Y es que, resaltó que la pirotecnia o “fuegos artificiales”, es una artesanía que se elabora con pólvora para producir explosiones de manera controlada, efectos luminosos, humo de colores y sonidos con fines recreativos.
En tal sentido, hizo hincapié que uno de los avances del Reglamento se refiere a la clasificación que se busca hacer de este material, sea juguetería de pirotecnia, esto es, aquella que debido a la poca cantidad de pólvora, está dirigida al público en general, ya que no representa peligro.
Los llamados fuegos artificiales en exteriores, que se utilizan en lugares amplios y abiertos, normalmente en grande celebraciones y que deben y son manejados por maestros pirotécnicos y, finalmente, los fuegos artificiales ante audiencia cercana, conocidos como “lluvia fría”, que no causan daño y generan poco humo.
“Nosotros queremos hacer una clasificación (de acuerdo a la potencia y cantidad de los mismos) porque no es lo mismo que compres unos pequeños cohetes que se tiran al suelo” u otros cohetones como los denominados R-15, también conocido como pata de mula o súper ratón, el “cara del diablo” y “rata blanca”, los cuales son muy explosivos”.
Recordó que en México, hay pueblos o comunidades, como el caso de Tultepec, en la entidad mexiquense, donde la pirotecnia forma parte de su cultura, tradición y trabajo.
Tan solo en ese estado se produce el 50 por ciento de la producción nacional. Incluso de cara a una festividad religiosa, Patria, de Año Nuevo o de alguna otra índole, muchos padres de familia compran a sus hijos pirotecnia, sin embargo “ésta no es un juego” y cuando interviene la mano de alguien que no sabe hacer buen uso de ella, ocurren incidentes lamentables.
La pirotecnia, remarcó el funcionario, “puede ser riesgosa si se hace un uso inadecuado uso de ella, por lo cual nos hemos sentado con todos en la mesa y lo mejor que hemos recabado es la voluntad que tienen ellos (todos los actores involucrados) de regular el sector”.
De acuerdo con Protección Civil, el grupo de mayor riesgo lo constituyen los menores de edad entre los 5 y 14 años de edad, de ahí la importancia de que ellos no pueda adquirirlos ni mucho menos manipularlos, ni introducirlos en botellas o envases, y nunca guardarlos en los bolsillos.
Y es que se estima que tan solo en el mes de diciembre la atención aumenta hasta un 300 por ciento por quemaduras ocasionadas por su mal uso. Pero, además de las quemaduras graves, otros de los efectos que tiene para la salud son lesiones y pérdida de extremidades, lesiones auditivas e irritación de ojos y vías respiratorias.
Según las estadísticas, el 30 por ciento de las lesiones más comunes por mal manejo de los fuegos pirotécnicos se presentan en manos; el 28 por ciento en los ojos; el 15 por ciento en cara y cabeza.