El Departamento de Estado estadunidense dijo el pasado 30 de septiembre que, el régimen que preside Kim Jong-Un no tiene ningún interés de tener conversaciones sobre desnuclearización, a pesar de que los canales de comunicación están abiertos.
La portavoz del Departamento Heather Nauert en un comunicado anunció que: “A pesar de la garantía de que Estados Unidos no está interesado en promover el colapso del actual régimen, pretendiendo un cambio del régimen, acelerando la reunificación de la península o movilizando fuerzas al norte de la DMZ (la zona desmilitarizada, en la frontera entre las dos Coreas), los oficiales norcoreanos no han mostrado ningún indicio de interés o de estar dispuestos a conversaciones sobre la desnuclearización”.
El secretario estadounidense de Estado, Rex Tillerson, de visita en Beijing, señaló el sábado que Estados Unidos “sondea” la voluntad del régimen de Kim Jong-Un de participar en conversaciones sobre su programa nuclear. “Preguntamos. Tenemos líneas de comunicación con Pyongyang, no estamos en una situación totalmente negra, tenemos dos, tres canales de comunicación abiertos”, dijo Tillerson a los periodistas. Washington asegura ahora que este intento de diálogo ha quedado sin respuesta, en un momento en que el presidente estadounidense Donald Trump y el dirigente norcoreano Kim Jong-Un se han enfrascado en una violenta escalada verbal.
Poco antes de las declaraciones de Tillerson, la agencia de propaganda norcoreana publicó una nueva oleada de insultos contra Trump, calificándolo de “viejo psicópata”, en “misión suicida para provocar un desastre nuclear que reducirá a Estados Unidos a un océano de llamas”.
Por su parte, el presidente Donald Trump afirmó el 1 de octubre que negociar sobre el programa nuclear de Corea del Norte es una “pérdida de tiempo”, luego que trascendiera que Estados Unidos tenía canales de comunicación con Pyongyang. “Le dije a Rex Tillerson, nuestro maravilloso secretario de Estado, que está perdiendo su tiempo intentando negociar con el Pequeño Hombre Cohete”, tuiteó el mandatario, aludiendo al líder norcoreano Kim Jong-Un. “¡Conserva tu energía, Rex, haremos lo que debe hacerse!”, agregó.
La víspera, tras una serie de tres reuniones consecutivas con el presidente, Xi Jinping, y otros líderes chinos, el secretario estadounidense Rex Tillerson, anunció por sorpresa que Estados Unidos tiene “líneas de comunicación” abiertas con Pyongyang.
El anuncio de Tillerson llega en medio del fuerte aumento de la tensión entre Estados Unidos y Corea del Norte durante el último mes debido a la evolución de los programas de armas nucleares y misiles balísticos del régimen comunista de Pyongyang.
En las últimas semanas, el presidente Donald Trump, ha repetido que se reserva la opción de una intervención militar contra Corea del Norte en respuesta a las últimas pruebas atómicas y ensayos de misiles por parte de aquel país. Si hubo una luz, Donald Trump se encargó de apagarla.
En dos tuits verdaderamente duros, el presidente se apartó este domingo de la vía negociadora con Corea del Norte que auspicia su secretario de Estado, Rex Tillerson.
Trump se aparta de la línea negociadora y apuesta por “hacer lo que hay que hacer” con Corea del Norte. Washington mantiene “dos o tres” canales de comunicación con Pyongyang. La tensión entre ambos países está alcanzando su punto de ebullición.
Tras detonar a principios de septiembre una bomba de hidrógeno en el subsuelo, el régimen de Pyongyang tensó las cuerdas al probar un misil balístico en cielo japonés y anunciar poco después que pretendía hacer un ensayo atmosférico de su mayor arma de destrucción masiva.
Fiel a su estilo, Trump respondió elevando el tono. Amenazó ante la Asamblea General de la ONU con “destruir completamente” a Corea del Norte. Ordenó una fuerte relación de sanciones y remató el cerco con el envío de bombardeos con capacidad nuclear, a las proximidades de la frontera.