“RULFO NO ERA ESCRITOR DE FÓRMULA”
Vital, doctor en Letras por la Universidad de Hamburgo en el área de Hispanística, maestro en Letras Mexicanas y licenciado en Lengua y Literaturas Hispánicas, ambas por la UNAM, además de investigador adscrito al Seminario de Hermenéutica del Instituto de Investigaciones Filológicas, con estudios también de la obra de Rilke, Borges, Neruda y García Márquez, descubrió a Rulfo cuando estaba en secundaria y tenía doce años de edad. Con él hablamos.
-¿Fue bueno o malo que Juan Rulfo decidiera no ceder a las exigencias de la industria editorial?.
– Fue muy bueno para su escritura porque en la actualidad puede haber muy buena literatura pero se pierde entre la confusión de voces. Él no quiso ser una voz más que se multiplicara y se diluyera en su propia escritura. Hay escritores que se pierden por tanto escribir. Él no era un escritor de fórmulas; cada texto suyo era un trabajo de orfebrería maravillosa y apenas terminado, se rompía el molde.
-¿Qué deben aprender las nuevas generaciones de escritores de Rulfo?
-El rigor, a no industrializarse ni afanarse en publicar. Escribía muchísimo, pero no quería publicar tanto. Su frase era: “hay que publicar poco para no arrepentirse mucho”. Lo disfruté tanto que marcó mi vida y descubrí gracias a él mi propia vocación como escritor y académico.
Esta deuda de infancia la ha pagado con creces, además de recuperar para el presente la vida y obra de Rulfo, tiene también otras investigaciones importantes: Lenguaje y poder en Pedro Páramo, El arriero en el Danubio y Mecanismos de justificación en los personajes de Juan Rulfo.
RECUPERAR LA MEMORIA
El embajador Piña Rojas califica el texto Noticias sobre Juan Rulfo, como “una exhaustiva indagación biográfica que se remonta hasta los más lejanos antepasados del escritor en el siglo XVIII y es el resultado de más de 15 años de investigación. Mucho del material que compone Noticias sobre Juan Rulfo (archivos, manuscritos, fotografías y correspondencia) dejó de ser inédito gracias este libro, considerado por la familia Rulfo y por la Fundación como la biografía definitiva del escritor jalisciense”.
Vital señala que la vida de Rulfo fue discreta, “a diferencia de otros autores”. Se concentró en “leer muchísimo, escribir y borrar. En algún momento, en el año 1999, expuse que la única opción para abordar la vida de Rulfo, era desde la perspectiva de una biografía intelectual. Documentar lo que hizo para escribir y fotografiar aquello que admiramos”.
Sencillo como el mismo Rulfo, no se quiere calificar como el biógrafo del escritor, pero agradece que Clara Aparicio de Rulfo (su viuda) “me honra al sugerirlo”.
– ¿Señor Vital, podría relatarnos alguna anécdota del escritor mexicano?
– Recuerdo la invitación que le cursaron para ser embajador de México en Italia. Aceptó y, es curioso, porque ante su carácter retraído y nula experiencia diplomática, se podría pensar que no querría. Era muy reacio a la vida pública. Sin embargo, le gustó la propuesta porque era un enamorado del arte y pensar en vivir en Roma habría constituido un hecho extraordinario. La invitación no se reiteró y el sueño de Italia quedó en el recuerdo.
– Sobre su esposa Clara, ¿qué nos puede decir?
– Fue una de las mayores musas de la literatura mexicana, cumplió años hace poco y se encuentra con su familia, sus cuatro hijos y cuatro nietos, todavía gozando del legado que le dejó su esposo.