Un estudio liderado por científicos del Colegio de Medicina Albert Einstein de Nueva York (EE. UU.) ha descubierto que el hipotálamo también es responsable de mantenernos jóvenes gracias a un suministro de células madre neuronales que regulan nuestro envejecimiento. Esto es, las células madre en el hipotálamo del cerebro gobiernan el rápido envejecimiento que se produce en el cuerpo.
Con este descubrimiento se podría conducir a nuevas estrategias para prevenir las enfermedades relacionadas con la edad y alargar la vida útil del ser humano, los expertos han identificado exactamente las neuronas que controlan el envejecimiento: una pequeña población de células madre neuronales adultas, que se sabe que son responsables de la formación de nuevas neuronas cerebrales.
“Nuestra investigación muestra que el número de células madre neurales hipotalámicas disminuye naturalmente durante la vida del animal, y esta disminución acelera el envejecimiento, pero también descubrimos que los efectos de esta pérdida no son irreversibles: al rellenar estas células madre o las moléculas que producen, es posible reducir e incluso revertir diversos aspectos del envejecimiento en todo el cuerpo”, comenta Dongsheng Cai, líder del estudio.
Los investigadores observaron el destino de esas células en un grupo de roedores sanos. Cuando los ratones crecieron, el número de células madre hipotalámicas comenzó a disminuir a la edad de 10 meses aproximadamente, esto es, varios meses antes de que aparezcan los signos habituales de envejecimiento en estos animales. A los dos años de edad -la vejez de los ratones-, la mayoría de las células madre del hipotálamo habían desaparecido.
Decidieron observar qué sucedía si se alteraban selectivamente las células madre hipotalámicas en ratones de mediana edad: “Esta interrupción aceleró en gran medida el envejecimiento en comparación con los ratones de control, y los animales con células madre alteradas murieron mucho antes de lo normal”, aclara Cai.
Los científicos inyectaron células madre hipotalámicas en los cerebros de ratones de mediana edad cuyas células madre habían sido destruidas, así como en los cerebros de ratones normales viejos. En ambos grupos de animales, el tratamiento retrasó o invirtió el envejecimiento.
Las células madre hipotalámicas parecen ejercer un potente efecto antienvejecimiento al liberar moléculas llamadas microRNAs (miRNAs). No están involucrados en la síntesis de proteínas, sino que desempeñan un papel clave en la regulación de la expresión génica. Los miRNAs se empaquetan en pequeñas partículas llamadas exosomas, que las células madre hipotalámicas liberan en el líquido cefalorraquídeo de los ratones.
Extrayendo exosomas que contenían miARN de células madre hipotalámicas de los ratones, los investigadores decidieron inyectarlos en el líquido cefalorraquídeo de dos grupos de ratones: ratones de mediana edad cuyas células madre hipotalámicas habían sido destruidas y ratones normales de mediana edad. El resultado fue que disminuyó significativamente el envejecimiento en ambos grupos de animales, no solo en cuestión de tejidos o resistencia muscular, sino en coordinación, comportamiento social y capacidad cognitiva.
Esto aún no es comprobado en humanos pero resulta un hallazgo completamente nuevo e inesperado y aunque no hay garantía de que la misma función fisiológica funcione en los seres humanos, se podría estar ante el primer paso para la efectiva ralentización del proceso de envejecimiento y el tratamiento de enfermedades relacionadas con la edad.