El mundo musulmán se ha unido para condenar el atentado suicida en uno de los sitios más sagrados del Islam, la Mezquita del Profeta, en la ciudad saudita de Medina.
Dejando a un lado las diferencias, líderes mundiales, políticos, grupos y activistas expresaron su indignación este martes, un día después de que un atacante suicida mató al menos a cuatro guardias de seguridad a corta distancia de la tumba del profeta Mahoma.
Un portavoz del Ministerio del Interior de Arabia Saudita describió el incidente como “actos despreciables que no respetan la santidad del lugar y la gente inocente”.
Autoridades de Arabia Saudita revelaron que un paquistaní que vino al reino hace 12 años para trabajar como conductor llevó a cabo el ataque suicida en uno de los sitios más sagrados del Islam.
El Ministerio del Interior identificó al hombre como Abdullah Khan Qalzar, de 34 años, quien vivió en la ciudad portuaria de Yeda, en el mar Rojo, con “su esposa y sus padres.”
El ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Javad Zarif, condenó el ataque en Medina y llamó a la unidad musulmana.
Joko Widodo, el presidente de Indonesia, dijo que “el terrorismo no puede ser justificado” y exhortó a la población a mantener la calma, pero estar a la vez en estado de alerta, reportó el canal de noticias Al Jazeera.
El primer ministro de Malasia, Najib Razak, también denunció el ataque cerca de la mezquita donde está enterrado el profeta Mahoma y el canciller de Turquía, Melvut Cavusoglu, por su parte, envió sus condolencias.
Mohammed bin Zayed al-Nahyan, príncipe heredero de Abu Dhabi, también llamó a la unidad musulmana, mientras el canciller de Qatar, Mohammed bin Jassim al-Thani, condenó el triple ataque y expresó el apoyo de Doha a la vecina Arabia Saudita.