La Central de Abasto de la Ciudad de México cumplió 35 años, lo que equivale a más de 12 mil 700 días de abrir sin interrupciones las 24 horas del día.
La celebración incluyó una misa a petición de los trabajadores, así como un baile en el que no se permitieron bebidas alcoholicas, pero fue amenizado por los grupos Heidi, la Sonora Dinamita y Banda Tierra Sagrada; la conductora Maxine Woodside fue la madrina.
Entrevistado en el marco del evento, el coordinador y administrador del Fideicomiso de la Central, Sergio Palacios Trejo, destacó que la Central ha pasado de abastecer una ciudad y zona metropolitana de ocho millones de habitantes a una de 20 millones.
Nunca ha cerrado, dijo, ni en momentos de emergencia como los sismos de septiembre pasado y se espera que para el próximo año se consolide un proyecto de dos circuitos para atraer el turismo común como el especializado en gastronomía.
Subrayó que a la Central de Abasto acuden mayoristas, restauranteros, dueños de tiendas y recauderías, así como amas de casa que van en distintos horarios.
Cerca del 80 por ciento de los alimentos que se consumen en el Valle de México pasaron en algún momento por este lugar, pues al día se despachan 30 mil toneladas de alimento y se almacenan 120 mil toneladas.
Alrededor de esta Central, apuntó, se mueven nueve mil millones de dólares al año e interactúan más de seis mil pequeñas y medianas empresas, con lo que se convierte en la segunda unidad económica más grande del país después de la Bolsa Mexicana de Valores.
Reconoció que necesitan mejorar la percepción de la población, pues se le ve como un lugar “inseguro y alejado”, lo cual añadió Palacios Trejo, es impreciso, pero se trabaja por aumentar la seguridad.
El fideicomiso tiene 88 oficiales, más 100 elementos de la Policía Auxiliar, asimismo, está en construcción un Centro de Control y Comando (C2).