En las calles de uno de los municipios oaxaqueños más afectados por el sismo del pasado 7 de septiembre, aún se pueden observar escombros que limitan el paso de los transeúntes, mototaxis y automóviles.
Los ciudadanos se han quejado de que las autoridades no han demolido los edificios con alto riesgo de colapso, poniendo en peligro sus vidas, y que debido a esto, han sido los mismos pobladores quienes han tenido que pagar por la demolición de algunas edificaciones.
Asimismo, mencionaron que hace 15 días las autoridades se comprometieron a realizar la limpieza de los escombros de las calles y aún no se ha llevado a cabo.